En
1982 el ex presidente Belisario Betancur empieza encuentros con las FARC sin el
conocimiento de los ciudadanos Colombianos llega al acuerdo de la Uribe donde
se da pie a la idea y el surgimiento a la extinta Union Patriótica. Cuatro años
después el ex presidente Virgilio Barco empieza un proceso de paz de una manera
similar al ex presidente Betancur pero en México y Panamá y logra el nacimiento
de la cumbre de Usaquén la cual comienza con un dialogo formal con el grupo
guerrillero M-19. Para 1990 las Farc se toman la embajada de Venezuela con el
fin de pedir mediaciones para dialogar la paz con el gobierno y ahí es donde
nace el dialogo de Caracas.
El
proceso de paz a presentado dificultades, aunque se busca el fin del conflicto,
esto no es lo que se ha evidenciado, por ejemplo, el 5 de noviembre del 2014 se
dio un asesinato de dos indígenas en el departamento del cauca a manos de las
FARC, siendo esto un motivo para la suspensión de las negociaciones, pero esto
no sucedió solo hasta el secuestro del General del Ejercito Rubén Darío Álzate
junto al cabo Jorge Rodríguez y la abogada Gloria Urrego, hecho sucedido en
zona selvática del Choco, tras dos semanas de privación de la libertad se dio
la liberación, y aunque fue un acontecimiento de grandes proporciones, el
gobierno y las FARC logran superar la “crisis” y se establecen que el ciclo n°
31 de negociaciones se llevara a cabo entre en el 10 y el 17 de diciembre del
2014.
La
violencia en Colombia, la injusticia, impunidad y olvido son algunas de las
sensaciones que quedan tras un recorrido histórico de guerra en el país. En
este momento se está pasando por la cuarta etapa de diálogos en Cuba, entre las
fuerzas armadas de Colombia y el gobierno colombiano, este proceso se ha
limitado al diálogo de seis puntos principales: El desarrollo rural, la
oposición política, la participación ciudadana el fin del conflicto armado, el
narcotráfico y los derechos de las víctimas, este diálogo radica en exponer
ideales de ambas partes que hasta el momento ha sido interrumpido por actos
violentos como algunos nombrados anteriormente, que afectan el progreso a la paz
en Colombia.
“Estamos
avanzando cada vez más, y en la dirección correcta” esta fue la frase con la
que el presidente Santos concluyo uno de sus discursos en la reciente cumbre de
las américas, haciendo referencia y estableciendo un balance acerca del actual
proceso de paz en Colombia, en nuestra opinión esta oportunidad de paz, tiene
que contar con resultados que beneficien a una sociedad oprimida por un largo
periodo de violencia, se tiene que garantizar un reconocimiento significativo a
tantas personas que sufrieron y sufren las consecuencias de tanta guerra, el
gobierno, debe preocuparse aún más por proporcionar una educación pertinente para un posible pos
conflicto. Los que están a favor del proceso de paz lo ven como la oportunidad
para dignificar a todo un país, pero los que por el contrario están en desacuerdo
opinan que es algo sin rumbo, simplemente una “farsa” como lo manifiesta Fernando
Vallejo, solo resta esperar como concluye la propuesta de Santos, y al fin
sabremos si incluir el proceso de paz en la historia de Colombia, como algo
trascendental para el país, o simplemente una ilusión más.
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